
Un chispazo de Ansu Fati evitó el apagón del Barça: el líder iba camino de una noche deprimente hasta que apareció el talento más joven del equipo para encender la luz, con un gol al filo del descanso que encarriló una victoria sin brillo ante el nuevo colista del campeonato.
Frente al Leganés, el Barça enseñó su versión más decepcionante: sin ritmo, sin fluidez y sin ideas, el líder ganó por inercia y por jerarquía. Se llevó los tres puntos, pero ofreció una sensación preocupante ante un rival al que solo le faltó picante en ataque para cambiar el panorama del partido.
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