Por segunda vez en su historia, la selección de balonmano de Dinamarca se alzó con el título de campeona del mundo al ganar a Suecia por 26-24 en un campeonato disputado en Egipto.
Los daneses dominaron de forma invicta el torneo, que agrupó a 32 naciones, estableciendo un récord de 18 victorias consecutivas.
El portero danés Niklas Landin y su compatriota, lateral Mikkel Hansen, fueron los líderes de su selección con destacadas paradas y un gran poderío anotador, con siete tantos, lo que valió al defensa merecedor, por tercera ocasión, del premio al jugador más valioso de la competición, como en 2013 y 2019. Hansen perforó la red en 48 veces y concedió 26 asistencias.
Por otro lado, España se llevó la medalla de bronce, al vencer a Francia por 35-29. El arquero Rodrigo Corrales, electo jugador del partido, se convirtió en pilar fundamental para el triunfo del conjunto ibérico, con sus diez paradas.
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