Este sábado durante el partido del Nzalang contra Túnez, se vivió una situación descontrolada del público para acceder al estadio de Malabo. Mas tarde, se tomó la decisión de cerrar la única puerta abierta con acceso al esférico.

Se pudo constar a varios miembros de la federación y amigos lanzar las acreditaciones a sus colegas y novias desde el interior del estadio para que puedan acceder al mismo si se vuelve a abrir la puerta, pero por desgracia de ellos, no se abrió hasta el fin del partido.
Según se rumorea, dirigentes de la FEGUIFUT pidieron a la FIFA disputar el partido aunque con un aforo de 50% de público y el órgano rector del fútbol mundial, les autorizó, sin embargo, el Ministerio de Sanidad no les permitió disputar el partido con el público, alegando motivos de Coronavirus.

No obstante, el público ecuatoguineano acudió al estadio para apoyar a su selección en un partido crucial denominado «primera final de Qatar» para todo ecuatoguineano, ya que «cuando juega Nzalang jugamos todos». Sin embargo, el público de la «Roja de África Central» no pudo entrar en el estadio y tuvo que conformarse quedando en el parking de vehículos y otros en las puertas porque no se admitía el acceso a personas que no poseían la acreditación de acceso al estadio.
EL CAOS EN LA ÚNICA PUERTA DE ACCESO AL ESTDIO AL INICIAR EL PARTIDO
Al estar cerradas el 99,9% de las puertas del estadio, solo la puerta principal que da acceso a la grada VIP estaba abierta. Sin embargo, una hola de seguidores del Nzalang se estampó frente esa puerta incluidos los que tenían credenciales supuestamente sin ser miembros de la FEGUIFUT, invitados, ni actores del deporte rey pero que poseían acreditaciones.
En un momento la seguridad se vio acorralada y tuvieron que hacer abandonar de la puerta a los forofos del Nzalang, con la intención de organizar más al público con acreditaciones, cosa que no tuvo éxito porque después llegó un emisario de la FIFA y mandato cerrar la única puerta del estadio que estaba abierta, lo que produjo un barullo porque según los supuestos acreditados no entendían por qué se les prohibía el acceso, incluso llegaban autoridades con sus acreditaciones y regresaban muy furiosos al no poder entrar porque se alegaba que nadie tenía las llaves que dan acceso al estadio.

Mientras pasaba esto, un aficionado se acomodó en una esquina para seguir el partido online desde su celular y llamó a todos los demás, pero muy pocos se fueron y los que no, alegaron que han venido al estadio para verlo en directo y apoyar a su Nzalang y no para verlo a través de un celular, para eso se hubieran quedado en casa.

Justo en el descaso, los forofos del Nzalang ya no aguantaban más y empezaron a trepar las vallas hasta accederse al estadio importándoles menos si hay policías o no, una gran parte del público pudo entrar de esta forma, entre niños, mujeres y más, impulsados por la pasión de su selección.
La misma tontería de siempre .